Páginas

martes, 9 de julio de 2013

Cuello duro




 http://udlerlorena.files.wordpress.com/2013/05/jirafa-y-abeja.jpg


- ¡Aaay! ¡No puedo mover el cuello! Gritó de repente la jirafa Caledonia.
Y era cierto: no podía moverlo ni para un costado ni para el otro, ni para arriba ni para abajo. Caledonia se puso a llorar. Sus lágrimas cayeron en una flor. Sobre la flor estaba sentada una abejita.
-¡Llueve!- dijo la abejita. Y miró hacia arriba. Entonces vio a la jirafa.
- ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás llorando?
- ¡Buuua! ¡No puedo mover el cuello!
- Quédate tranquila. Iré a buscar a la doctora doña vaca.
Y la abejita salió volando hacia el consultorio de la vaca.
Al llegar al consultorio, la abejita se le paró en la oreja y – BSS...BSS...BSS...- Le contó lo que le pasaba a la jirafa.
-¡Enseguida voy a curarla!- dijo la vaca.
Al ver a la jirafa dijo doña vaca- ¡Hay que darle masajes! – Pero yo sola no puedo. Necesito ayuda, su cuello es muuuy largo.
Entonces llamó al burrito.
Burrito se subió en 2 patas arriba de la vaca.
Pero todavía sobraba mucho cuello para masajear.
-Nosotros 2 solos no podemos- dijo la vaca.
Entonces, el burrito llamó al perro. El perro enseguida se subió en 2 patas arriba de burrito.
Pero todavía sobraba mucho cuello para masajear.
-Nosotros 3 solos no podemos- dijo la vaca.
Entonces, el perro llamó a don conejo. Justo en ese momento, don conejo estaba jugado con su coneja y sus conejitos. Por eso apareció con toda su familia: su esposa y sus 25 conejitos. Y todos ellos se treparon saltando de la vaca al burrito y del burrito al perro. Ya todos acomodados...
Gritó la vaca. -¡Ahora sí que podemos empezar con los masajes! ¿Están listos?- les dijo.
-Si doctora.- Contestaron los 30 animalitos al mismo tiempo.
-¡A la una, a la dos y a la tres!
Y todos juntos empezaron a masajear el cuello de la jirafa Caledonia.
Y al rato la jirafa pudo mover su larguísimo cuello otra vez.
¡Gracias amigos! – les dijo muy contenta Caledonia.

Autora: Elsa Isabel Bonermann

1 comentario: